lunes, 2 de febrero de 2015

Alerta epidemiológica por seis casos de síndrome urémico hemolítico en las tres primeras semanas de enero

30 de enero de 2015 – Fuente: La Voz del Interior (Argentina)
A causa de la ocurrencia de seis casos de síndrome urémico hemolítico (SUH) en las tres primeras semanas de enero de 2015, el Ministerio de Salud de la Provincia de Córdoba, a través del Área de Epidemiología, emitió el 29 de enero un alerta epidemiológico para que la población refuerce las medidas de prevención contra la enfermedad.
Dos de los casos fueron notificados en la primera semana del año, otros tres en la segunda semana, y el restante en la tercera, según informó el Área de Epidemiología.
Su titular, la Dra. María Frías Céspedes, advirtió que “se debe tener en cuenta que en los meses cálidos es cuando se producen más casos, porque las temperaturas elevadas favorecen la proliferación de la bacteria que causa la enfermedad”.
Tres de los niños afectados tienen entre 1 y 2 años, dos entre 5 y 6, y el restante tiene 10 años. Dos de ellos fueron internados en el Hospital de Niños de la Santísima Trinidad, otros dos en el Hospital Infantil Municipal y los dos restantes en la Clínica ‘Dalmacio Vélez Sársfield’ y el Sanatorio Allende, respectivamente.
Del total de casos, uno corresponde a la ciudad de Córdoba y cuatro al interior provincial. El caso restante afecta a una niña de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que fue derivada a una institución privada desde Mina Clavero, según indicó Marcela Miravet, secretaria de Prevención y Promoción de la Salud de la Provincia.
La mitad de los niños con SUH requirieron diálisis y transfusiones, precisaron en el Ministerio de Salud.
Según Miravet, este año en sólo tres semanas se produjo la misma cantidad de casos de SUH que en todo el primer trimestre del año 2014. “En 2013, a su vez, se registraron nueve casos entre enero y marzo”, indicó la funcionaria, quien recordó que en 2014 hubo en total 26 casos en Córdoba, y tres muertes por la enfermedad.
Grave, y a veces fatal
El SUH tiene comienzo agudo y se presenta en general a continuación de un episodio de diarrea. Suele afectar, principalmente, a los niños menores de 5 años, aunque también son vulnerables los ancianos y las personas inmunosuprimidas.
Produce básicamente daño renal y anemia, pero puede impactar asimismo en el sistema nervioso central, y en otros órganos como pulmones, páncreas y corazón, y causar la muerte debido a complicaciones neurológicas, intestinales, cardíacas o a infecciones.
La nefróloga pediátrica Élida Inchaurregui precisó que el SUH tiene en Argentina una mortalidad que oscila entre 2 y 5%, y que, además, 5% de los niños que la padecen quedan con insuficiencia renal crónica en forma inmediata tras la fase aguda de la infección. El 30% de los afectados sufre a su vez algún tipo de secuelas renales, y otro 20% tiene riesgo de progresar con los años hacia una insuficiencia renal crónica.
“Por eso prácticamente nunca se los da de alta, porque los controles deben seguir mucho tiempo después de haberla padecido”, advirtió la experta, quien recordó que esta enfermedad –para la que no hay tratamiento específico ni vacuna preventiva– es la primera causa de insuficiencia renal aguda en niños en el país, y la segunda causa de trasplante renal pediátrico.
Contacto con materia fecal
En la mayor parte de los casos, el SUH es producido por un subtipo de la bacteria Escherichia coli (la cepa O157), vinculada a la contaminación fecal, que es transmitida al ser humano por los alimentos y el agua, y también de persona a persona.
Las carnes crudas o mal cocidas, en particular si están molidas (hamburguesas, pan de carne, albóndigas, arrollados), la leche y productos lácteos sin pasteurizar o que perdieron la cadena de frío, las verduras y hortalizas que se consumen crudas, y el agua, se cuentan entre los principales ítems que pueden estar contaminados con la bacteria.
Esto se debe a que la bacteria se encuentra en el intestino del ganado vacuno y de otros animales de granja, y llega a la superficie de las carnes por contaminación con materia fecal durante la faena o en su posterior manipula-ción.
De la misma manera, por contacto con las heces de estos animales, pueden contaminarse cursos de agua donde la gente se baña, la leche durante el ordeñe, y también las verduras por riego con aguas servidas.
Una vez en el organismo humano, la bacteria libera toxinas (Shiga) que tienen como principales blancos a los riñones y la sangre, por lo que causa insuficiencia renal y anemia, aunque en algunos casos también afectan el sistema nervioso central, al corazón y a otros órganos.
La enfermedad puede comenzar con síntomas como diarrea (con o sin sangre), vómitos, dolores abdominales, palidez intensa, fiebre, y disminución en la cantidad de orina.
El período de incubación del SUH es de dos a 10 días, con una media de tres a cuatro días, en tanto que la transmisibilidad de persona a persona es de hasta tres semanas o más en los niños, y de una semana o menos en los adultos, después del comienzo de la diarrea, según informa el Ministerio de Salud de la Nación.
En tal sentido, Frías Céspedes recordó que las personas que tengan diarrea, ya sean adultos o niños, no deben bañarse en piletas, ni tampoco los bebés con pañales.
Cómo prevenir
• Asegurar la correcta higiene de las manos a través del lavado con agua y jabón antes de preparar o tocar alimentos, después de tocar carnes crudas, ir al baño y cambiar pañales.
• Cocinar por completo las carnes, con especial cuidado cuando se trate de carne picada. La bacteria se destruye a 70°C, lo que se consigue sólo cuando la cocción es homogénea o completa. No deben quedar partes rojas ni rosadas en el interior.
• Evitar el contacto de las carnes crudas con otros alimentos, y no usar las mismas tablas o utensilios que estuvieron en contacto con carne cruda, para alimentos cocidos.
• No dejar enfriar los alimentos cocidos a temperatura ambiente. Luego de cocinarlos ponerlos en la heladera.
• Usar agua segura para beber o lavar alimentos. Ante la duda, hervirla durante cinco minutos.
• Mantener limpias y desinfectadas todas las superficies en la cocina, así como repasadores y paños de cocina.
• Lavar cuidadosamente frutas y verduras.
• No bañarse en ríos, lagos o lagunas que puedan estar contaminadas con materia fecal, y controlar la cloración de piletas.

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